La historia: Juan Pujol García, nació en Barcelona, España, el 14 de Febrero de 1912, hijo de un empresario textil de Olot (Girona). Tuvo una educación privilegiada y aprendió  el idioma inglés. Durante su juventud fue gerente de una granja de pollos y luego conserje de un hotel, mas tarde participó en la guerra civil española, donde combatió en ambos bandos, en el franquista de corte fascista y en el republicano de fondo comunista, de allí desarrolló una profunda aversión hacia la Alemania nazi y hacia la Unión Soviética. Una vez comenzada la Segunda Guerra Mundial, decidió que debía participar en la misma luchando junto a la Gran Bretaña, que para esas fechas era el único adversario de Alemania e Italia. Se ofrece a los británicos como espía, pero es rechazado. Se le ocurre entonces ofrecer sus servicios al III Reich Alemán, con la intención de actuar luego como doble agente a favor de los aliados.

Sorprendentemente es empleado por el Abwehr, el servicio de inteligencia alemán, bajo el nombre clave de “Arabal”, y con la asistencia de su esposa, Araceli González Carballo, estableció una falsa red de espías en Inglaterra, que los alemanes pensaban era real. Vuelve entonces a ofrecer sus servicios al «MI 5», la división de inteligencia británica, siendo esta vez aceptado como doble agente bajo el nombre clave de “Garbo” (por la famosa actriz sueca). La información que Pujol enviaba a los alemanes era inventada por sus superiores ingleses e incluía una parte de sucesos verdaderos, para que los informes fueran más convincentes. Los alemanes pagaban a Pujol grandes cantidades de dinero para mantener su red de agentes, que en un momento dado llegó a contar con 22 personajes, todos ficticios.

Pero el logro más importante de Garbo fue el convencer a Adolf Hitler y a muchos de sus colaboradores de que el desembarco de los aliados en Francia se haría en Calais, y cuando desembarcaron en Normandía Garbo aseguró que esto era solo una maniobra diversiva para atraer a las tropas alemanas a otro lugar, lejos de la verdadera invasión que ocurriría en Calais. Fue así como Hitler mantuvo el grueso de sus fuerzas acorazadas cerca de esa zona y cuando se dio cuenta del engaño ya la invasión había penetrado profundamente en Francia y no podía ser detenida. Sir Winston Churchill dijo al respecto: «Fue una obra maestra del doble juego». Al término de la guerra Pujol regresó a España junto con Araceli; pero temiendo represalias por parte de los nazis decidió escapar, fue a Angola y allí desapareció, se le dio por muerto en 1946.

Un detalle: Treinta años mas tarde, Nigel West, un historiador militar, autor de seis libros sobre espionaje, empieza a dudar de su muerte y comienza a buscarlo, hasta que en 1981 lo localiza, en el pequeño pueblo de Choroní, Edo. Aragua, Venezuela. West se entrevisto con Pujol y este le confesó que en 1945 fue a Angola y allí simuló su muerte por una picadura de serpiente. En España dejaría a su mujer y a tres hijos, convencidos de su fallecimiento. Pasó por Madagascar y Argentina, para llegar luego a Caracas, durante gobierno de Isaías Medina Angarita. Allí inició una nueva vida haciendo varios trabajos temporales. Se trasladó luego a Valencia, Carabobo, donde montó una granja de pollos (su primer oficio en España), pero este negocio no marchó bien y lo liquidó. En los años cincuenta fue empleado por la petrolera Shell de Lagunillas, con rango gerencial como profesor de idiomas, enseñaba español a los ejecutivos holandeses y británicos, y el inglés a los venezolanos. Jamás, nadie de su círculo supo algo sobre  su participación en la guerra.

Otro detalle: Durante su estadía en Caracas conoció a una bonita joven venezolana, Carmen Cilia Álvarez, vecina de su edificio, con quien se casó un tiempo después y con la que tuvo tres hijos. Carmen era nativa de Choroní, y al casarse la pareja compró una casa en ese pueblo, adonde pasaban largas temporadas, hasta que finalmente se radicaron allí, adonde abrieron una posada turística y mas tarde el único cine del lugar. Cuando contaba 76 años sufrió un aneurisma y murió en Caracas el 10 de octubre de 1988. Por voluntad propia fue enterrado en Choroní.

Un último detalle: Durante la guerra fue condecorado con la «Orden del Imperio Británico». Los nazis a su vez le otorgaron  la “Cruz de Hierro”, por servicios al Tercer Reich. Antes de él nadie en la historia había recibido honores de dos bandos enemigos, en plena contienda.

Fuentes 

  • Javier Juárez. “Juan Pujol, El espía que derrotó a Hitler”, Ed. Temas de Hoy. 2004
  • Juan Pujol & Nigel West. “Garbo, El Espía del Siglo”, Ed. Planeta, Barcelona, 1986.

Por francisco

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