La historia: Robert KerPorter nace en Durham (Escocia), el 26 de Abril de 1777, en el seno de una familia de la clase media. Fue uno de los cinco hijos del matrimonio de William Porter, un cirujano del ejército británico, y de Jane Blenkinsop. Tras la muerte de su padre, en 1779, su familia se mudó a Edimburgo donde él vivió la mayor parte de su infancia. Por cierto, en esa capital escocesa, el gran escritor, Walter Scott (autor de obras como “Ivanhoe” y “Rob Roy”) fue un gran amigo y visitante asiduo de su familia.

En su adolescencia decidió dedicarse a la pintura, por lo que a sus doce años, en Londres, comenzó a recibir lecciones del célebre pintor Benjamin Westy a los trece  fue admitido como estudiante de la «Royal Academy of Arts”. En 1792 recibió un premio, “La Paleta de Plata” de la «Society of Arts”, por un dibujo titulado “La Bruja de Endor”. En 1798 elaboró el cuadro “San Juan predicando”, para el St. John College de la Universidad de Cambridge y a los 23 años pintó un lienzo de 40 metros de largo con 700 figuras: “El asalto de Seringapatam”.

Este último cuadro tuvo un resonante éxito en su momento y por ello, en 1804, recibe una comisión para pintar en Rusia algunos murales históricos para el Almirantazgo de ese país, y más tarde es nombrado “Pintor histórico del Zar Alejandro I”. Allí conoció a la Princesa María Sherbatoff, con quien inició un noviazgo. Su idea era casarse con María y establecerse en Rusia, pero en esos tiempos Inglaterra combatía contra Francia en las llamadas “guerras napoleónicas”, y en 1807 Bonaparte concerta una alianza entre Francia y Rusia, por lo que, Porter, siendo inglés, se vio obligado a abandonar esa nación.

Se alista en el ejército británico y parte hacia España donde, entre 1808 y 1809, participó en la campaña del norte de la península. Y en 1811, cuando ya Inglaterra era aliada de Rusia, regresa a este país, donde un año más tarde contrae matrimonio con María, entrando de lleno en la aristocracia rusa. Los esposos tuvieron una hija, también llamada María.

Se une al ejército ruso acompañando al Zar Alejandro I durante sus campañas militares y en 1812 escribió un relato sobre ellas. En 1813 regresa a Inglaterra, donde el entonces príncipe regente, el futuro rey Jorge IV, le otorgó el título de “Caballero” por sus servicios prestados a la corte del Zar. Desde entonces fue conocido como “Sir Robert Ker Porter”. Vuelve a Rusia a reunirse con su esposa y sigue al ejército de Alejandro en su marcha a París (1814-1815).

En agosto de 1817 salió de San Petersburgo con destino a Persia y Mesopotamia, donde exploró las ruinas de Persépolis y Shiraz. En el curso de estos viajes conoció al Sha de Persia, cuyo retrato pintó. En 1820 retornó a Inglaterra, donde publicó 2 volúmenes sobre sus recientes viajes.  

En 1825 entra al servicio diplomático inglés y deseaba ser enviado a Rusia, donde podía vivir con su familia, y compartir con la aristocracia de ese país, pero termina por aceptar el nombramiento de “Encargado de Negocios” en Caracas y La Guaira. Llega a Venezuela el 28 de noviembre de 1825, y poco después se entera de las recientes muertes de su esposa y de su amigo el Zar Alejandro I, a quien reverenciaba.

Este funcionario, culto, monárquico, conservador y ligado a la más alta nobleza de Rusia, considera a la Caracas de la época, como muy aldeana, a la que difícilmente logra integrarse por la forma de vida tan diferente de la que estaba habituado, y también por los toscos modales que las prolongadas luchas por la independencia habían introducido en esa ciudad. Pero, según cita el historiador Augusto Mijares: “A pesar de todo, poco a poco se despertó en Porter un creciente amor por Venezuela, siendo las principales causas de ello las bellezas naturales del país y la admiración que en él despertó la figura de Bolívar”.

En Abril de 1826, Es testigo de “La Cosiata”, cuando Páez intentó separar a Venezuela de la Gran Colombia. Bolívar, que estaba en Bogotá, parte hacia Caracas, adonde llega en Enero de 1827 con el fin de hacer entrar en razón a Páez y consolidar la unión. Por esos días Porter hace amistad con él  Libertador y pinta su retrato (quelamentablemente, al día de hoy, se desconoce su paradero). Luego de la partida de Bolívar, en Julio de 1827, inicia una amistad con José Antonio Páez, cuyo retrato también pinta. Así mismo conoce a Carlos Soublette, José María Vargas, Rafael Urdaneta y a las más resaltantes personalidades de la política y la sociedad.

Durante su estadía en Caracas llevó un diario personal y realizó una serie de dibujos sobre lugares, costumbres y tradiciones venezolanas,  lo que lo convirtió en un excelente cronista de la ciudad de esos años. En Mayo de 1829 viaja con permiso a Inglaterra y regresa a Venezuela en 1830, año en que muere Bolívar y se desintegra La Gran Colombia.

En 1832 promueve la creación de un cementerio británico en el que pudiesen ser enterrados protestantes y no católicos, en 1834 concluyó el Tratado de Amistad y Comercio entre Venezuela y la Gran Bretaña y en 1836 le correspondió hacer entrega al general Páez de la espada de honor que le obsequió el rey de Inglaterra, Guillermo IV. Durante esta segunda permanencia en Caracas siguió pintando y ejecutó diversas obras, entre ellas un retrato de Barbarita Nieves, la amante de Páez, realizado en 1833  y varios cuadros de tema religioso.

Después de 15 años de estadía en Venezuela  se retira del servicio diplomático y el 5 de Febrero de 1841 Se embarca en La Guaira con destino a Inglaterra. En octubre de 1841 viajó a San Petersburgo, donde se reencontró con su hija María y conoció a su yerno, el capitán de la Guardia Imperial Pierre Kikine. Murió poco después en esa ciudad el 4 de Mayo de 1842, a sus 65 años, a consecuencia de un ataque de apoplejía.

Al enterarse de su muerte José Antonio Páez, envía una carta a Lord Aberdeen, el entonces Ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido: “La desgraciada muerte de Sir Robert Ker Porter ha privado a Venezuela de un excelente amigo, y a la Gran Bretaña de un buen servidor. Sir Robert, en más de quince años que estuvo entre nosotros, ha contribuido eficazmente a fomentar y consolidar la amistad e inteligencia entre ambas naciones. Yo, en particular, he perdido en él un afectuoso compañero”.

Un detalle: Recién llegado a Caracas, como se comentó antes, debe adaptarse a las usanzas de una cultura muy diferente; en relación a esto el 28 de Marzo de 1826 apunta en su diario: “Acá los niños y niñas, hasta los tres o cuatro años de edad, van desnudos, así como vinieron al mundo, y la costumbre local lo considera como algo decente, pero para un ojo europeo es exactamente lo contrario; tendrá que pasar algún tiempo para que me habitúe a esto, así como a otras costumbres inusuales que encuentro aquí, como el vicio de chupar tabaco, la coquetería de las mujeres, y la gastronomía local: aquí elaboran una  masa de harina de maíz, blanca como la nieve, con la cual hacen una especie de pan redondo, al que llaman “arepa”.

Otro detalle: Conoció a Bolívar El 14 de Enero de 1827, durante la última visita de este a Caracas, cuando Páez pretendía separar a Venezuela de la Gran Colombia. Ese día Ker Porter había sido invitado a una cena bailable en honor al Libertador en la casa del Marqués del Toro (en lo que es hoy la sede del  “Museo de Arte Colonial de Caracas”); al llegar allí, con el baile en pleno apogeo, Porter pide ver a Bolívar y es pasado a un dormitorio adonde lo encuentra balanceándose en una hamaca, pero al oír su nombre instantáneamente saltó del chinchorro y ambos se sentaron en un sofá donde conversaron largo y tendido sobre los acontecimientos recientes. A raíz de ese encuentro Porter sacó en conclusión que Bolívar era un ser superior y lo alaba como hombre y como político.

Otro detalle: Poco después de conocer a Simón Bolívar  escribe una carta a su hermana Jane, donde lo describe de la siguiente manera: “Él es una persona un poco flacucha, con un semblante estrecho y melancólico, pero enérgico y plácido; de vez en cuando aparece en él un asomo de irritación en sus ojos y labios. Tiene unos 44 años de edad pero aparenta diez más, debido al clima local, a las preocupaciones políticas y al peso de su muy difícil misión en la América Hispana, una carga que ha llevado sobre sus hombros durante un largo tiempo”.

Otro detalle: Entre Enero y Julio de 1827, Porter hizo una buena amistad con Bolívar y se reunían a menudo para conversar de diferentes temas. En una de sus anotaciones hace mención a un juego de dominó en el que participó junto al Libertador y al naviero y comerciante inglés John Boulton Townley, que llegó a Venezuela en 1824, siendo el iniciador de una importante familia venezolana. El mencionado juego se realizó en la casa de Boulton en La Guaira.

Otro detalle: En una carta que escribió a su madre el 29 de febrero de 1828 expresa: “Cuando veas el retrato de Bolívar que envié, así como también podrán verlo otras personas en Europa, se desvanecerá la falsedad de que él es un mestizo; la verdad es que él no tiene ni una sola gota de sangre de color en sus venas, ni de los indios aborígenes ni de los africanos trasplantados”.

Otro detalle: Por esos tiempos también hace en su diario  una descripción de José Antonio Páez: “Es más bien de baja estatura, muy delgado y de aspecto frágil; de tez oscura, ojos oscuros y penetrantes; no sonríe, pero posee una dulce tranquilidad en su comportamiento. Tiene una buena frente, más bien despoblada de cabellos. Es de carácter fuerte por naturaleza, pero al carecer totalmente de educación, es extremadamente tímido cuando está en compañía de otros que si están dotados de ella. Sintiendo esta inferioridad, y ansioso de mejorar, en estos años se ha esmerado mucho en leer y estudiar sobre lo que hasta entonces ignoraba completamente”.

Otro detalle: La relación de Porter con Páez fue muy estrecha y mantuvieron  una sincera amistad. Le criticaba su afición a la bebida y a las peleas de gallos, pero reconocía su espíritu de superación. De Páez escribió: “Es bravo e intrépido. Si este hombre hubiese tenido en su juventud las ventajas de una buena educación hoy dispondría de un espíritu intelectual casi deslumbrador. Es mi segundo Bolívar”.

Otro detalle: Sir Robert Ker Porter diseñó nuestro Escudo Nacional. En 1836, a petición del Congreso Nacional, hizo el boceto de un emblema de armas que fue aprobado por las Cámaras Legislativas y por el Ejecutivo. Ese escudo, con algunos cambios menores, es el mismo que se ha utilizado durante 187 años.

Otro detalle: hacia el final de su estadía en Caracas, Porter comienza a escribir en su diario sobre una peruana, María Luisa Arguinao, que había estado casada con el cónsul inglés en Puerto Cabello, Samuel Willimot, y al enviudar de este se casó con otro inglés, Edward Harrison, que trabajaba en las Minas de Aroa (Estado Yaracuy). Sir Robert mantuvo una relación amorosa con La Sra. Harrison, a quien menciona frecuentemente, y hasta da detalles velados de encuentros íntimos con ella durante las muchas ausencias de su marido a causa de su trabajo. Posteriormente la Sra. Harrison tuvo un hijo a quien Porter denomina cariñosamente como “el chiquito” o el “ahijado”. Se piensa que este niño era hijo suyo.

Otro detalle: En Diciembre de 1841, en San Petersburgo, fue presentado al Zar Nicolás I (hermano de Alejandro I, a quien conoció bien) y en su diario refleja así este encuentro: “Su majestad me recibió muy amablemente, dándome un cordial apretón de manos; tuvimos una larga conversación, me trató como un viejo amigo y me preguntó por mi hija. Le obsequié un libro que había sido editado en París ese mismo año, el “Resumen de la Geografía de Venezuela”, creado por el ingeniero militar y cartógrafo italiano Agustín Codazzi. El Zar me dio las gracias con gran efusión y me hizo muchas preguntas sobre ese país”.

Un último detalle: Dos hermanas de Robert, Jane y Anna María, fueron escritoras y novelistas que lograron gran fama en su época, especialmente Jane, considerada como una de las  pioneras de la “novela histórica”; su obra de 1803 “Thaddeus of Warsaw” tuvo al menos 84 ediciones. En sus últimos años Jane escribió artículos históricos para revistas, que incluyeron a importantes personajes como Pedro el Grande, el Zar de Rusia y Simón Bolívar, el Libertador de Venezuela; países que su hermano Robert conocía muy bien.

Fuentes:

  • R. Ker Porter. “Diario de un Diplomático Británico en Venezuela”. Fund. Polar 1997
  • Alfredo Boulton. “Historia de la pintura en Venezuela”. Editorial Armitano
  • “Sir Robert Ker Porter, Cónsul Inglés en Caracas”. Fundación John Boulton, 2023.                                                          

Por francisco

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