La historia: Horacio Nelson nació en Norfolk, Inglaterra el 29 de Septiembre de 1758. A los doce años se enroló en la Armada inglesa y a los veinte era ya capitán de navío. Participó en importantes campañas navales de su país como la toma de Córcega, en 1774 y la guerra de  Independencia de los Estados Unidos, de 1775 a 1783. En 1793 perdió un ojo en un combate en Córcega. Pero fue durante las guerras napoleónicas cuando se convirtió en un heroe británico.

En 1797, cuando España era aliada de Francia, Nelson se distinguió en la batalla del Cabo San Vicente, contra la flota española. Ese mismo año sufriría su única derrota, en el ataque a Tenerife, cuando intentó ocupar la más grande de las Islas Canarias; allí perdió un brazo. En 1798, durante la Campaña de Napoleón en Egipto, Nelson, al mando de una escuadra inglesa, logró hundir a la flota francesa en Abukir, dejando aislado, en tierra, al ejército francés, que finalmente tuvo que rendirse.

De allí en adelante Napoleón tuvo que contentarse con la hegemonía continental y enfrentó el dominio británico en los mares uniéndose a  sus aliados, Dinamarca y España, que disponían de una flota. En 1805, Nelson tuvo que hacer frente a una escuadra hispano-francesa que planeaba la invasión de la Gran Bretaña. En una memorable batalla frente a las costas del Cabo de Trafalgar, Nelson derrotó a la armada enemiga, que contaba con fuerzas muy superiores a las suyas, pero una bala de mosquete alcanzó al Almirante, atravesando un pulmón y alojándose en una vértebra. Nelson cayó en la cubierta y dijo: “Por fin han acabado conmigo”.

Murió sabiendo que había logrado su mayor victoria. Sus últimas palabras fueron: «Gracias a Dios, he cumplido con mi deber». Con dicha victoria se aseguró la hegemonía marítima de Gran Bretaña, durante más de cien años. Tras su muerte, Nelson alcanzó una celebridad que sólo el Duque de Marlborough, el vencedor en Blenheim y el Duque de Wellington, el vencedor en Waterloo, han logrado tener en la historia británica. La monumental estatua de Nelson en la Plaza de Trafalgar recuerda sus hazañas.

Un detalle: Horacio Nelson estuvo en Venezuela. A principios de 1783, cuando contaba 24 años y era Capitán de la nave “Albemarle”, inspeccionaba las aguas del Caribe en busca de una flota franco española que preparaba un ataque contra Jamaica. Al pasar cerca de La Guaira, descubrió dos canoas que habían salido de ese puerto, una de ellas fue apresada por Nelson, entre sus ocupantes se encontraban dos oficiales franceses, a los que trató con cortesía y hasta liberó, pero a través de sus informaciones pudo localizar e inspeccionar a la flota que buscaba y que estaba apostada, secretamente, en Puerto Cabello. En una carta que Nelson escribió a su padre el 4 de Diciembre de 1783, en la postdata se puede leer: “Habrás sabido de mi informe sobre el apresamiento de dos oficiales franceses en «Puerto Caballo” (por Puerto Cabello).

Otro detalle: Durante su vida Nelson fue igualmente famoso por los amoríos que mantuvo con Emma Hart, la esposa de Lord Hamilton, embajador de Inglaterra en el reino de Nápoles, lo cual fue un escándalo, no solo por la preeminencia de los personajes envueltos en este affaire, también porque ambos amantes eran casados y además porque tal relación fue tolerada e incluso animada por Lord Hamilton, de hecho, los tres mantuvieron un abierto “menáge a trois” que fascinó al público. Emma era hija de un herrero inglés y fue modelo y bailarina. Era tal su belleza que se convirtió en amante de varios nobles ingleses y posó muchas veces, tanto vestida como desnuda, para el famoso pintor George Romney. Durante un viaje a Nápoles conoció a William Hamilton, se convirtieron en amantes y en 1791 se casaron, con lo que Emma pasó a ser conocida como “Lady Hamilton”. En 1798 conoce a Nelson y se enamoraron, con el beneplácito de Sir William. En 1800 los Hamilton y Nelson llegaron a Gran Bretaña y los tres vivieron juntos de manera abierta. En Enero de 1801 Emma dio a luz a la hija de Nelson, a quien dieron el nombre de Horacia, luego les nació otra niña que murió pocas semanas después.

Un último detalle: en 1798, durante la batalla de Abukir el gigantesco navío «L’Orient», buque insignia de Napoleón, se incendio y luego explotó. Después de la batalla, los ingleses recogieron el palo mayor de ese barco, cuya madera, de origen francés, se usó luego para fabricar el ataúd con el que Nelson fue enterrado en la catedral de San Pablo, en Londres.  

Fuentes

  • Carlos Duarte. “Misión Secreta en Puerto Cabello”. Publicaciones Fundación Pampero, 1991
  • Sir Harris Nicolas. “Letters and dispatches of Lord Nelson”. Londres 1844
  • Geoffrey Dawson. “Nelson’s letters”. Everyman’s Library 224, Londres 1960

Por francisco

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