La historia: Teodora nació hacia el año 502 DC. Era hija de un domador de osos llamado Acacio que trabajaba en el hipódromo de Constantinopla (hoy Estambul), capital del Imperio Romano de Oriente (tambien llamado Imperio Bizantino) . A la muerte de Acacio su familia quedó en la ruina y Teodora, desde los 12 años, entró a trabajar en un burdel, ofreciéndose a hombres de baja ralea. A sus 14 años e se convirtió en actriz y siendo hermosa, incluso muy hermosa, tuvo un gran éxito haciendo bailes eróticos. Se impone rápidamente como la cortesana más famosa de Constantinopla y concediendo sus favores teje una sólida amistad con generales, senadores y otras importantes personalidades.

A los 16 años, se convirtió en amante oficial de Hecébolo, un alto funcionario que había sido nombrado gobernador de Cirenaica, se mudó con él a esa provincia donde vivió cuatro años, pero luego fue abandonada por Hecébolo, que tenía serias dudas en cuanto a la paternidad de un niño que Teodora esperaba. Se refugió en Alejandría, donde nació su hija y sobrevivió dedicándose a la prostitución más humillante. Pero luego se convirtió en creyente de la muy estricta doctrina cristiana “monofisita”, por lo que dejó su antiguo oficio y regresó a Constantinopla, para trabajar como hilandera.

Quiso la casualidad que una antigua amiga, amante del General Belisario (hombre de confianza del régimen), la introdujera a las elites aristócratas y así, a sus 20 años, conoció al sobrino del emperador y heredero al trono, Justiniano, que tenía 40 años; él inmediatamente quedó prendado por su belleza e inteligencia y se hicieron amantes. Justiniano deseaba casarse con Teodora, pero no podía, ya que existía una antigua ley que prohibía el matrimonio de nobles con mujeres de orígenes dudosos, así que buscó el apoyo de su tío, el emperador Justino, que derogó la ley y finalmente pudieron contraer nupcias. Al morir Justino, Justiniano accedió al trono y con él su flamante esposa.

Inmediatamente, Teodora estableció que ella no sería solamente un ornamento de la corte e hizo que todos los senadores y los patricios, se postraran ante ella al entrar a su presencia. El emperador seguía fielmente los sabios consejos de su mujer, que en el año 532 desempeñó un papel determinante en la grave crisis de la revuelta de «Nika», que estuvo a punto de costarle el trono a Justiniano, que estaba dispuesto a abandonar el poder para evitar un derramamiento de sangre, pero Teodora lo convenció de que debía aplastar la rebelión y fue así como las tropas de Belisario pudieron sofocar el motín mediante una sangrienta represión, donde murieron más de 30.000 rebeldes.

Luego, Teodora impulsó el embellecimiento de la ciudad de Constantinopla, erigiendo puentes y acueductos, además de 25 iglesias, entre ellas la de Santa Sofía, considerada una de las maravillas arquitectónicas del mundo. Así mismo la pareja imperial se dedicó de lleno a la recuperación de las antiguas provincias de occidente que habían caído en manos de los bárbaros, logrando reconquistar Italia, España y el norte de África, estableciendo el mandato del Imperio Bizantino en todo el Mediterráneo.

En el 548 murió a consecuencia de un cáncer de pecho. Tenía poco más de 40 años y había logrado entrar en la galería de personajes relevantes de la Historia. Su cuerpo fue sepultado en la Iglesia del Santo Apóstol, que ella había mandado a construir.

Un detalle: Un contemporáneo suyo, el historiador Procopio, biógrafo del General Belisario, escribió: «Cuando Teodora ejercía como actriz, saltó a la fama con su representación de Leda y el cisne, donde se desnudaba totalmente y yacía en el suelo, del escenario, acostada sobre su espalda. Los esclavos encargados le esparcían granos de cebada sobre ciertas partes de su cuerpo, adonde un ganso la picoteaba, recogiendo los granos uno a uno, mientras que ella fingía que la poseían».

Otro detalle: Otros historiadores de la época, acusaban a Teodora, de hacer cornudo a Justiniano y de manejarlo como un títere. Además, afirmaban que subyugaba a su marido recurriendo a toda suerte de malos trucos aprendidos en su oficio de meretriz. Se dice que Teodora fue la precursora del strip tease, el cual ejecutaba ante Justiniano, hasta quedar solamente vestida con joyas.

Un último detalle: A pesar de todos los pecados de Teodora, en el año 870 el “Sexto Concilio de Constantinopla” la consagró como santa de la Iglesia Ortodoxa y desde entonces, está junto a los apóstoles y mártires de la cristiandad. Cada 14 de Noviembre se celebra su día y se entonan en su honor los sagrados cantos bizantinos.


Fuentes:             

  • Francis Fevre. “Teodora Emperatriz de Bizancio”. Editorial Edaf, 1989   
  • James A. Evans. “Theodora, wife of Justinian I”. University of British Columbia 1998     
  • Procopio de Cesarea. “Historia Secreta”. P. Covici, 1927

Por francisco

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